domingo, 14 de noviembre de 2010

Fue por tus defectos


Ya no sé qué más hacer. Sólo con besos podría explicar lo que sentía mi cuerpo. Añoro cuando después apenas podía respirar, exhausta te miraba, y tus ojos me llegaban a las entrañas...
Maldigo lo que eres y lo que siento, con todas mis fuerzas, porque aquella ternura, aquella pasión, aquel amor, murió por tus defectos. Tú lo mataste y debiste matarme a mi en aquella habitación y no nuestro amor...
Sólo fue una hecatombe de esperanzas, un apocalipsis de ilusiones donde todas mis intuiciones señalaban en una dirección, la de la traición, la mentira.... tú.
Pero encontraste la manera de hacerme ver la verdad frente al espejo. No fue una manera tierna, no. Creíste desahuciar mi amor envolviéndolo en nostalgias, manteniéndolo en los suburbios de tu vida, borrándolo de tu camino, abandonándolo a su suerte, suerte que no fue mucha, suerte que ahora contra ti se vuelve.
Y ahora?
Con mis ojos bien secos por si acaso, empiezo a recordarte, a recordar aquella realidad frente al espejo a la que no me enfrentaba desde hace mucho tiempo...
Y si fui implacable contigo, la culpa no fue mía, sólo fue de tus defectos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario