Todos recordamos los cuentos de nuestra infancia. El zapato le cabe a cenicienta, la rana se convierte en príncipe, a la bella durmiente la despiertan con un beso, érase una vez y vivieron felices. La materia de la que están hechos los sueños.
El problema es que los cuentos no se hacen realidad. Las otras historias, esas que comienzan en noches oscuras y tormentosas y tienen un final atroz, son las que parecen convertirse en realidad.
A quien inventó eso de "y vivieron felices", habría que darle una paliza.
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