sábado, 19 de febrero de 2011

Deseos



Todos nosotros pedimos al menos, un deseo al año. Al soplar las velas en nuestro cumpleaños, cuando se nos cae una pestaña, cuando vemos una estrella fugaz, al tirar una moneda en una fuente… y muy de vez en cuando, alguno de esos deseos se cumple.

Y una vez que se cumple… ¿qué? ¿es tan bueno como esperábamos? ¿estamos llenos de resplandor en el cálido sol de nuestra felicidad? O sólo nos damos cuenta de que tenemos una larga lista de otros deseos esperando ser pedidos.

No deseamos cosas fáciles. Deseamos grandes cosas, cosas que son ambiciosas, fuera del alcance. Deseamos cosas porque necesitamos ayuda y estamos asustados y sabemos que, quizás, estamos pidiendo demasiado.

Aún así, deseamos. Porque a veces, uno de esos deseos, se hace realidad.

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